Otro hecho funesto..

“Se opuso a un asalto”

Ya sea como víctimas, ya sea como testigos, ya sea como sus perpetradores, la criminalidad nos afecta a todos; nos intoxica el alma y, lo que es peor, la fe en la sociedad y, por ende, en nuestros rasgos más característicos como seres humanos. .

Casos Concretos. Es paradógico como el teléfono móvil hoy en día solo nos atrevemos a usarlo en recintos cerrados (trabajo, celular y dentro del vehículo) porque en las calles ¡Dios guarde! Caminamos a paso rápido y sin pertenencias valiosas, ni mucho menos viendo a los ojos de los extraños porque ¡osados los que lo hagan!

Pero cuando todo lo anterior no alcanza y caemos irresolublemente ante el hampa, nos vienen encima con violentos eufemismos como “usted si es despistado, ¡¿cómo no los vio venir?!”o “¡no tenía que pasar por ahí solo!” y, por supuesto, el clásico sabihondo “yo le dije que no se comprara un vehículo/celular/zapatos/aretes/cadenas/camisas/jeans/y todo lo visible tan caro porque lo asaltaban”

“Matan a taxista al oponerse a asalto” indica un titular de la prensa. Como si lo normal fuera el asalto y lo demás es la oposición a una ley de la vida que desde hace mucho empezó a ser escrita en piedra. Los criminales, que gachos, son nuestros héroes gracias a un uso creativo del idioma. Pedófilos extranjeros se les mete en el mismo saco de los turistas, ya que también nos aportan divisas (benditos sean aquellos que degradan a nuestras niñas). Los asesinos a sueldo en nuestras carreteras son llamados sin distinción furgoneros (con todo el respeto a los sí furgoneros de respeto). Borrachos drogadictos son cantantes cuyo peso se mide en la cantidad de páginas que despliegan los periódicos nacionales al cubrir sus conciertos. Policías que nos roban o calificar de ilustre a un presidente de la Corte Suprema de Justicia que tiene complejo salarial de entrenador de la selección de fútbol (en lugar de ¡enrollarse las mangas, dejar de lloriquear y tratar de salvar el país!) Lo mismo va para un Nóbel que se ha olvidado de buscar la paz.

Alto, alto, alto. ¿A dónde quiero llegar? Estos no es una repartición de culpas ni un valle de lágrimas… y, si lo es, no nos lo merecemos. Nadie.

Me decía un profesor de filosofía que la “relativización” de los valores marca un parte aguas de los tiempos modernos. La “mano de dios” de Maradona se celebra porque no fue anulada por lo que vale tanto como cualquier gol legítimo. Sin pérdida de generalidad, podemos decir que lo mismo ocurre en otros ámbitos de nuestra sociedad.

Tampoco me puedo rasgar vestiduras que ya han sido rasgadas.

¿Cómo economista me preguntan dónde se encuentra el desarrollo del país? Yo les respondo que en el desprecio a la vida. Punto. El desarrollo económico viene por añadidura.

Un gran abrazo a la distancia a Adri, por la dolorosa pérdida de su padre que lo hago extensivo a todos sus seres queridos.

Sin más que con una gran pena que como turrialbeño les tenía que compartir por la partida de German Martínez Jiménez el viernes 22 de agosto del 2008.

Mauricio Soto